LO QUE SABEMOS ES UNA GOTA DE AGUA; LO QUE IGNORAMOS ES EL OCÉANO.

(ISAAC NEWTON)


sábado, 21 de abril de 2012

COMUNICANDO, COMUNICANDO, COMUNICANDO

   Buenos días a todos,

   ¿Qué? Telita como está el Patio. No os podéis imaginar lo que cuesta encontrar un tema concreto para poder opinar. Pero meditando, me he dado cuenta que todos tienen un punto en común del que sí que hay que debatir largo y tendido (o sentado, a gusto del consumidor). El título de la entrada hace referencia a una canción de los años y pico... bueno, la tele era en blanco y negro, y se hacían 5 programas al día como mucho. (Si doy con él, colgaré el enlace de la canción al final de la entrada).

   La comunicación es una herramienta de la que todos nos creemos unos expertos. Además, tiene un poder casi ilimitado. Pero, la verdad sea dicha, vaya manera que tenemos de usarla... habida cuenta de que la manejamos desde bebés para transmitir lo que queremos.  Yo distingo dos tipos bien diferenciados: la oral y la conductual. Os lo explicaré:

   La comunicación oral es la que transmitimos con las palabras y con la voz. De hecho, todo actor que se precie, ha asistido a clases de modulación de la misma. Estaréis de acuerdo que no es lo mismo decir: ¡qué cabrón! con voz baja, casi entre dientes, que hacerlo a grito pelado. En el primer caso, aquí en el Sur significa que le has gastado alguna broma a alguien y ha caído. No es un enfado, es un modo de afirmar que has caído de manera jocosa. En el otro caso, el guantazo suele caer a los pocos segundos de esa afirmación o la respuesta se suele zanjar con un recordatorio materno nada halagador.

   La comunicación conductual, siendo la que más hemos usado desde la infancia, pues anterior a la oral, está tan inmersa en nuestro fuero, que sale a relucir sin que nos demos cuenta de ello. Cuando ya hablamos correctamente el idioma, se convierte en un refuerzo a lo que transmitimos oralmente. En el ejemplo anterior, en el primer caso, lo normal es que la comunicación oral vaya acompañada de una sonrisa y de algún gesto de complicidad. Como veis, a una expresión bastante fuerte, se le acaba dando la vuelta y quitando todo su dramatismo. Mientras, en el segundo caso, la expresión conductual será, posiblemente de una cara desencajada, una postura de afrenta y se gesticulará de manera ostentosa. Pueden darse todos o solo uno de ellos. Pero es evidente que su diferencia con el primero salta a la vista y no solo al oído.

   En resumen, la comunicación en cualquiera de sus vertientes es muy difícil dominar sin que se nos cuele por las rendijas cuando mentimos. El cuerpo no está programado para ello. De hecho, sabemos que existen quienes opinan que la comunicación conductual es una asignatura digna de estudio.

   Para mí, está claro que la comunicación conductual, a veces por no decir casi siempre, dice mucho más que la oral, ya que considero que sale directamente del interior del ser humano, sin que podamos filtrar (a menos que seamos actores) sus mensajes.

   Después de la explicación de la base de mis argumentos (que digo y repito que no tienen que ser correctas, pues es mi opinión y solo eso), vamos al meollo. Esta semana ha sido tremendamente interesante en este campo.

   Por citar algo: hemos asistido a algo impensable e insólito, nuestro Monarca ha pedido perdón (que no disculpas) por el daño causado. Ambos tipos de comunicación estaban en consonancia, pues la cara del Rey no era para estar de fiesta. Y como tal, las reacciones no se han hecho esperar: muchísimos de los ciudadanos que, piedra en mano, estaban dispuestos a lapidarle, le han perdonado. Hasta ahí todo correcto. Pero hete ahí que sale el "experto" en comunicación de turno y publica una nota de prensa diciendo que su Alteza se retira de todas las cacerías, pero que desde luego "no romperá con ninguna de sus amistades" anteriores al suceso. Toma jeroma! Ya está montado el circo (elefantes incluidos). ¿A quién se le ocurre nombrar la "bicha"? Pues eso, los medios extranjeros no han tardado (como dice mi sobrina) ni "cero coma" en dar alas a una tal Corina como la causante de esa frase maldita. Aquí, la prensa, comparta o no su afinidad con la figura de la Corona, siempre la ha respetado. Pero cuando en el exterior no te respetan, pasa lo que pasa ¿verdad Cristina Fernández?  Y al final, en los últimos días desde esa nota del "experto", la Casa del Rey se ha convertido en una especie de radio-patio y ha acabado en todos los programas cardíacos y "gores". ¿Comunicando!

   El segundo ejemplo que me sale, así de sopetón es el "medicamentazo", "el tasazo" y nuestro Presidente comentando en la lejanía que "España no tiene dinero para atender los SERVICIOS PÚBLICOS". (Nótese dónde he puesto el énfasis de la frase). Parece que ambos hechos se refuerzan el uno al otro ¿no? Pues para mí, nada más lejos de la realidad. Volvemos al problema de la comunicación. ¿Qué me quiere decir el Presidente con "servicios públicos"? Evidentemente, como lo que se ha transmitido es el "medicamentazo" y el "tasazo", se está refiriendo a lo que nos afecta al conjunto de la ciudadanía. Pero ni mú de recortes en gastos tan superfluos como los traductores del inerte Senado, ni nombrar las 350 líneas de internet  en el domicilio de los Sres. Diputados, ni de los Ipad, tablets y demás artilugios tecnológicos que sus Señorías tiene a bien el dejarse agasajar. Tampoco se nombra recortes en las archifamosas tarjetas de crédito de algunos de los mencionados, para "sus gastos". Es decir: para nuestro Presidente no hay dinero para todos, pero sí para los menesteres de San Jerónimo. Por lo que el problema, ahora ya no se reduce de si estar a favor o en contra de las medidas mencionadas, sino si es justo o no. (Y no entro a valorar idioteces del tamaño de "cuatro cafés", porque sí que me cabreo). Lo dicho, no hay consonancia entre la comunicación oral y la conductual, lo que nos lleva a sentirnos como que nos están tomando el pelo hasta el cuero cabelludo y lo siguiente. Alguien dijo que lo importante está en los detalles. ¡Qué razón tenía!

   La izquierda argumenta que no es justo. Pero saben que las arcas tiene telarañas y no renuncian ni a un céntimo de sus privilegios. ¿Dónde está la idea del "bien común" cuando se le necesita?

   Y la derecha cuenta que se han encontrado la caja fuerte con una nota que dice: ¡Ahora la llevas tú! y aire, mucho aire, pero nada más. Que hay que hacer un esfuerzo entre "todos". ¿Perdón? ¿Todos? ¿Quiénes somos "todos"? Y entra la comunicación conductual y nos lo aclara a la perfección: dentro de ese "todos" no han incluido  la casta política, o sea, no se han incluido. (No comento más que me voy calentando por momentos).

   Tengo claro que si hay que arrimar el hombro, lo arrimaré y me apretaré el cinturón hasta que tenga mi cara color azulado, porque de ésta tenemos que salir. Pero que no me tomen el pelo, porque entonces no estaré dispuesta a ponerme azul para mantener vagos (léase como subvencionados a fondo perdido para liarla parda en la calle con el dinero de esos "servicios públicos"). Y analizando la comunicación de estos días en sus dos vertientes, la conductual está cantando que eso es lo que está pasando. Y Sr. Rajoy, por ahí no paso. Léase el Título I de nuestra Constitución, y más concretamente el articulo 31.

  Así que desde aquí, insto a la prensa que, cuando planteen la pregunta de sí o no a ambas medidas, lo hagan en su contexto (las dos vertientes de la comunicación) y no de forma aséptica, pues estarán falseando la realidad.

Besos azules!!!

http://www.youtube.com/watch?v=H3w12Wb7YRQ






2 comentarios:

Anónimo dijo...

"La derecha cuenta que se han encontrado la caja fuerte con una nota que dice: ¡Ahora la llevas tú!"

Buena frase. Sinceramente creo que es cierto, pero que no es suficiente.

El problema es que no hay uno solo que valga un duro. No se trata de izquierdas ni de derechas. Contamos con una política cutre. Y lo peor de todo, como con la televisión, tenemos la televisión que nos merecemos, tenemos los políticos que nos merecemos.

Me hace mucha gracia cuando la gente habla de corrupción. Gente que va a un taller y pregunta: ¿con IVA o sin IVA?

Este es un país corrupto, como Italia o como Grecia, la diferencia en sólo cuantitativa. Cada uno trinca en la medida de sus posibilidades. Y luego les echamos la culpa a los políticos, eso nos hace sentirnos mejor. Pero la culpa es de todos.

Creo que me salí un poco del tema...

iBarceló

Paloma dijo...

Es verdad todo lo que dices, Igancio. Tenemos la cultura del pelotazo en todo. Por eso, en cierta medida está relacionado con no perder la casta y los privilegios, y si puede pagar otro... mejor!

En España, a la mujer del césar hace tiempo que "la suicidamos".

Besos azules!