ADIOS BIN LADEN?

Buenos días a tod@s,

La actualidad impone nueva entrada. Esta mañana he desayunado con la noticia de que había sido asesinado por un comando especial estadounidense, con un tiro en la cabeza. Acto seguido, se han difundido nas fotos del "supuesto cadáver". Lo entrecomillo, porque ya ha quedado claramente desmontado, para a continuación, las agencias de noticias americanas, informaran de que su cadáver ha sido arrojado al mar.

Este final marítimo, además de alentar la rumorología, hace que surjan dudas sobre cómo fue realmente su final.

No pienso entrar en si ya está siendo juzgado donde corresponde o sigue en las cuevas de Alí Babá. Lo que me planteo es si con ésto se ha conseguido algo, a parte de la venganza.

Siempre me he declarado en contra de la pena de muerte, aunque no os voy a negar que, cuando me tocan la moral (que últimamente es muy frecuente), en caliente, la desee. Pero una vez calmada mi ira, analizando profundamente esas cuestiones, me planteo que es la forma más fácil de hacer que el sufrimiento infringido por este tipo de "chuma" (que no animales, porque sería insultar a la especie) quede impune. Siempre desde mi humilde opinión, que conste en acta Señoría.

Cuando arrancas a un ser querido de una familia, no les pasa el dolor en unos instantes, es algo permanente, que les va pesando en el alma durante toda la vida. Pues, por la misma regla de tres, considero que una bala, la horca, la inyección letal o el mamporro cogotero, es demasiado fácil y rápido para esa calaña. Es irónico, porque todos nos echamos las manos a la cabeza cuando se habla de Guantánamo y de los derechos de los allí encerrados. Pero, a su vez, nos felicitamos por meter una bala en la cabeza de alguien. Contradictorio ¿no?

Mi posición es que si han podido meter una bala en su cabeza, podrían haberlo encerrado de por vida en Guantánamo, con toda la dureza que tiene esa prisión. Pero habrá quien diga que eso es convertirlo en mártir. Y me hago eco de lo que en su día dijo el Padre Pío: "daré más guerra muerto que vivo".

Al final, se haga lo que se haga con estos "individuos", si los quieren convertir en mártires, lo harán, con bala o sin ella; con cuerpo o sin él. Porque las leyendas nacen, no de un cuerpo, sino de idealizar a los personajillos. Y pienso que no hay más formas de desmitificarlo que mostrarlo débil y acabado, más que muerto. Fijaos en Fidel Castro. Él solito se va mostrando miserable. Y no me negaréis que de querer meterle una bala, los americanos lo tenían bastante más fácil, que ese sí que no se escondía en cuevas.

¿Qué creéis que pasará con él? ¿Seguirá dando guerra aún muerto?

Besos azules!